Desesperante, patético, horroroso, lamentable. Podríamos enumerar una larga lista de adjetivos que definieran lo que vemos los aficionados blanquivioletas semana tras semana. El pasado sábado el Pucela volvió a perder, esta vez contra un rival asequible, esos a los que ganas cuando de verdad pretendes subir a primera. Aunque, en la situación en la que se encuentra el Real Valladolid, hablar de ascensos es una tontería.
Los de Luis César dominaron el partido durante los primeros minutos generando ocasiones por medio de Oscar Plano. El problema viene cuando los rivales atacan. La enorme fragilidad de los visitantes en defensa se hizo patente en el primer gol, un centro desde la banda de Chus Herrero lo remata Zozulya completamente solo. En el minuto 67, de nuevo Zozulya hace el 2-0 y pone muy difícil las cosas a los visitantes. Poco después, un centro mal despejado por el central del Albacete acaba introducido en su propia portería.
El partido acabó 2-1, la afición está cada vez más indignada y el club no parece aportar ninguna solución hasta el momento. Es el cuarto año del equipo en segunda, han pasado muchos entrenadores, todavía más jugadores, e incluso distintos directores deportivos, solo existe un elemento común durante estas cuatro temporadas, su nombre es Carlos Suarez, quizá sea suyo el problema.
El partido acabó 2-1, la afición está cada vez más indignada y el club no parece aportar ninguna solución hasta el momento. Es el cuarto año del equipo en segunda, han pasado muchos entrenadores, todavía más jugadores, e incluso distintos directores deportivos, solo existe un elemento común durante estas cuatro temporadas, su nombre es Carlos Suarez, quizá sea suyo el problema.
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