¿Merece la pena que se quede?

Como pasó con Rubí y Paco Herrera, la llegada de Luis César despertó un gran entusiasmo en la afición. El cambio de director deportivo sumado a la llegada del nuevo entrenador parecía aportar algo distinto al club. Aunque al fin y al cabo nada cambia cuando el jefe sigue siendo el mismo, parece que no nos queremos dar cuenta.


Cuando se presentó en Zorrilla todos pensábamos que era el entrenador idóneo para darle al Real Valladolid ese empuje y ganas que le había faltado las pasadas temporadas. Según fue transcurriendo la temporada, el Pucela hizo de Zorrilla un fortín, pero siempre que tocaba viajar lejos de casa la cara ofrecida por los jugadores era muy mala. Y así hasta hoy, nada ha cambiado tras veintiocho jornadas. La guinda del pastel la puso el partido contra el Córdoba, no es casualidad que el equipo tropiece siempre con la misma piedra. La defensa blanquivioleta es muy floja y cada vez que el equipo rival realiza un centro lateral supone peligro para los de Luis César. Esa es la historia de esta temporada y por ello la afición pucelana se ha cansado y exige un relevo inmediato.

Durante esta semana han salido algunos nombres como el de Caparrós, pero hoy mismo Miguel Ángel Gómez ha declarado en rueda de prensa que el técnico gallego seguirá al frente del banquillo blanquivioleta aun perdiendo contra el Rayo. Si un entrenador no ha sido capaz de corregir ciertos errores en siete meses no va a ser capaz de corregirlos en los menos de cuatro que quedan.

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