CANSADOS

Ya lo avisábamos en la previa. El partido tenia toda la pinta de acabar mal para los blanquivioletas y así fue. La primera parte fue un desastre maquillado por el gol en el descuento de Javi Moyano. Los locales se merecieron ir por delante en el marcador. La segunda parte fue más de lo mismo, pero una buena jugada de Gianniotas acabó en penalti a favor de los pucelanos. Si el griego lo metía sentenciaba el partido y el Real Valladolid se habría vuelto con tres puntos más para casa. Pero algo de mala fortuna junto con un tiro lamentable permitió al Córdoba seguir vivo. En esos momentos difíciles es cuando hay que demostrar que un equipo es serio de verdad y capaz de sobreponerse a este tipo de situaciones y el Pucela demostró que no lo era. Después de fallar el penalti, Luismi hace una entrada criminal a sesenta metros de Masip y sin ninguna necesidad. Los de Luis César se quedaban con diez jugadores sobre el campo a falta de más de veinte minutos. Al técnico gallego no se le ocurrió otra cosa que quitar al jugador que podía aportar la calma necesaria en ese momento del partido. Sin Ontiveros en el campo y con un Hervías que busca más el interés personal que el colectivo, el partido pintaba muy mal. En los últimos minutos se demostró por qué no somos uno de los equipos candidatos a ascender, una medio del campo descolocado en las acciones defensivas y una defensa floja fueron el principal motivo de los dos goles que darían los tres puntos al Córdoba, que sin duda se lo mereció mas que nosotros.

Es una vergüenza e indigna a todos los aficionados lo que pasa cada dos fines de semana lejos de Zorrilla. El partido de ayer dice mucho de lo que puede hacer este equipo de aquí a final de temporada y si no cambian radicalmente las cosas el Real Valladolid cumplirá la próxima temporada su quinto año consecutivo en segunda división.




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