Volvimos




El Real Valladolid volvió a donde se merece después de cuatro temporadas muy duras en la segunda división del fútbol español. Nadie se merecía más el ascenso que los 8.000 que hemos estado yendo al José Zorrilla cada quince días desde que el Pucela descendiese en 2014.


La temporada comenzó con un equipo muy seguro en casa pero que cada vez que jugaba como visitante daba una imagen pésima hasta contra rivales muy inferiores. De hecho, con Luis César en el banquillo el Real Valladolid solo ganó dos partidos lejos de Zorrilla, casualmente contra los dos filiales de la categoría, el Barsa B y el Sevilla Atlético. Se rumoreba la llegada de un sustituto para el entrenador pero el técnico gallego seguía sentándose en el banquillo jornada tras jornada. La situación era crítica y más después de esa famosa rueda de prensa donde Luis César criticó a todo aquel por el que se le preguntaba, incluidos sus propios jugadores. Partido trigésimo cuarto, el Pucela parece tocar fondo en Tarragona. Alvaro Vázquez marca en el 89' y da la victoria a un Nástic que luchaba por no descender. Esa misma semana aparece un tal Sergio González. Después de haber sonado entrenadores como Joaquín Caparrós la llegada del técnico catalán, al que poca gente conocía, parecía un poco decepcionante. 

¿Quién se podía imaginar lo que pasaría después? Ni si quiera el mas optimista daba un duro y mucho menos después de caer ese fin de semana contra el Sporting en casa. Uno de los mayores rivales de la afición blanquivioleta se afianzaba en el primer puesto y parecía estar muy cerca de la Liga Santander, algo que para los pucelanos era impensable. Algó cambio, la vuelta de Toni Villa y Nacho al once, Michel empezó a jugar mas retrasado, en definitiva, el Real Valladolid empezó a competir. Las victorias en Oviedo, Lorca y Soria acercaron al equipo a los puestos de play-off, aunque lo realmente importante fue la ilusión devuelta a toda la ciudad, a la plantilla y a esos 8.000 fieles que vieron como el José Zorrilla se llenó los últimos tres partidos, nadie mas que ellos sabía lo que significaba un posible ascenso.




A alguno se nos pone la piel de gallina recordando el gol de Hervías de falta al Osasuna, los veinte minutos mágicos contra el Sporting en casa, los dos golazos que callaron al Molinón y cómo no, el recorte y el gol de nuestro pichichi con un estadio a revosar.


No ha sido una etapa facil para el club, nos hemos quedado a la puertas dos temporadas, la directiva parecia dar bandazos sin sentido e incluso hemos estado cerca de bajar a 2°B. Es hora de dejar todo eso atrás, hemos vuelto al lugar de donde nunca nos debimos ir. 

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