El partido se preveía muy complicado y así fue. Los visitantes plantearon una primera parte muy seria e hicieron dudar por primera vez en la temporada al Real Valladolid. A pesar de ello, el Espanyol no llegó a tener ninguna ocasión realmente clara, pero en el minuto veinte Borja Iglesias se inventó un disparo desde muy lejos que acabaría entrando por la escuadra derecha de la portería, inalcanzable para Masip.
En los segundos cuarenta y cinco minutos la historia cambió, el Pucela se hizo dueño absoluto del partido y los visitantes no tuvieron otra opción que encerrarse en su campo. Los cambios blanquivioletas pusieron otra marcha al partido, los locales empezaban a ser merecedores del empate. Tanto va el cántaro a la fuente que al final, en el minuto noventa el italiano Verde se inventó un auténtico golazo de falta a mas de veinticinco metros de la portería de Diego López.
El partido que enfrentó al Espanyol y al Pucela no era digno de jugar un viernes, si no de un domingo por la tarde. El Real Valladolid no tiene a los mejores jugadores de la Liga ni mucho menos, pero como equipo ahora mismo es uno de los mas competitivos. Solo hay que ver la clasificación para darse cuenta, estamos en puestos de Europa.
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