Los primeros cuarenta y cinco minutos estuvieron muy disputados, cada equipo esperaba su momento para pillar descolocado al rival. La evidente diferencia técnica de los jugadores rojiblancos comparada con la de los pucelanos se reflejaba en que las llegadas de los visitantes eran mas peligrosas. A pesar de ello el Real Valladolid no se mereció ir 0-2 al descanso.
Comenzó la segunda parte y nadie pensaba que los blanquivioletas fueran capaces de sacar algo positivo pero así fue. Nada mas salir de los vestuarios Unal tuvo una ocasión que despertó al José Zorrilla, acto seguido llegó el primer gol, obra de Calero, a penas diez minutos después los locales habían empatado un encuentro del que parecía ser imposible puntuar. Tanto los aficionados locales como los del conjunto madrileño veían mucho mas cerca la victoria pucelana. El Atlético se volvió a adelantar tras una jugada a balón parado mal defendida por los blanquivioletas.
En el minuto ochenta y dos llegó la polémica, un centro desde la izquierda que ponía Nacho impacta en el brazo de Arias. Para el que no se acuerde, en la primera parte, el señor Undiano (arbitro del partido) corrió a revisar la mano de Kiko Olivas. En este caso, independientemente de que impactara en la mano o no, el colegiado se quedó parado esperando que los ¨mas que fiables¨ árbitros que se encuentran en las Rozas revisando el VAR le comunicaran que no era penalti, desde su punto de vista. Todo pucelano que estaba presente en Zorrilla salió indignado, con la sensación de que nos habían vuelto a engañar una vez mas. Y es que parece que esto del VAR es una herramienta para que no haya fallos pero con los equipos grandes. A pesar de esto el presidente de la Liga seguirá mas preocupado de que algún equipo viaje a jugar fuera en contra de todos sus aficionados, parece que ahora importan mas otras cosas.
Como ha dicho un periodista en Valladolid durante esta semana, ojalá nos sigan tratando así porque cuando nos salvemos lo vamos a disfrutar el doble. Aupa Pucela siempre.
Comenzó la segunda parte y nadie pensaba que los blanquivioletas fueran capaces de sacar algo positivo pero así fue. Nada mas salir de los vestuarios Unal tuvo una ocasión que despertó al José Zorrilla, acto seguido llegó el primer gol, obra de Calero, a penas diez minutos después los locales habían empatado un encuentro del que parecía ser imposible puntuar. Tanto los aficionados locales como los del conjunto madrileño veían mucho mas cerca la victoria pucelana. El Atlético se volvió a adelantar tras una jugada a balón parado mal defendida por los blanquivioletas.
En el minuto ochenta y dos llegó la polémica, un centro desde la izquierda que ponía Nacho impacta en el brazo de Arias. Para el que no se acuerde, en la primera parte, el señor Undiano (arbitro del partido) corrió a revisar la mano de Kiko Olivas. En este caso, independientemente de que impactara en la mano o no, el colegiado se quedó parado esperando que los ¨mas que fiables¨ árbitros que se encuentran en las Rozas revisando el VAR le comunicaran que no era penalti, desde su punto de vista. Todo pucelano que estaba presente en Zorrilla salió indignado, con la sensación de que nos habían vuelto a engañar una vez mas. Y es que parece que esto del VAR es una herramienta para que no haya fallos pero con los equipos grandes. A pesar de esto el presidente de la Liga seguirá mas preocupado de que algún equipo viaje a jugar fuera en contra de todos sus aficionados, parece que ahora importan mas otras cosas.
Como ha dicho un periodista en Valladolid durante esta semana, ojalá nos sigan tratando así porque cuando nos salvemos lo vamos a disfrutar el doble. Aupa Pucela siempre.
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