El Real Valladolid jugó ayer el que posiblemente fuera el
partido mas importante de esta temporada, ya no solo por los tres puntos si no
por lo que podría significar anímicamente para los blanquivioletas y para el
resto de equipos que no habían conseguido sumar los tres puntos.
Quedan solamente ocho partidos, ocho finales, el problema es
que las ocho finales del Pucela parecen más difíciles que los ocho partidos del
resto de equipos. A pesar de esto el vestuario cree en la salvación, este
pensamiento no termina de ser bueno ya que ha llegado un punto que parece mas falta
de autocrítica que confianza. Los de Sergio se enfrentan el domingo a uno de
los equipos con mejor plantilla que hay en la Liga. El Sevilla está dirigido por
Caparrós después de que la directiva del club hispalense destituyera a Machín
tras su eliminación en Europa League. Los andaluces visitan Zorrilla con la obligación
de ganar para seguir en los puestos que dan acceso a Europa.
Una historia completamente vive el conjunto de Sergio, a un
solo punto de caer en descenso los blanquivioletas necesitan puntuar sea como
sea para seguir creyendo en que el hecho de salvarse no es tan descabellado.
Después de las numerosas críticas que recibió el equipo tras la derrota en el último minuto ayer los aficionados que vayamos el domingo a Zorrilla solo debemos contemplar una opción, animar hasta el final. Sería conveniente que las quejas y los pitos se quedaran en casa, suficiente van a tener los jugadores en su partido contra el Sevilla como para además andar luchando contra el público.
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